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A nivel mundial a las personas nos ha costado mucho esfuerzo adaptarnos a esta nueva forma de convivir y a los cambios en todas nuestras actividades a raíz de la COVID-19. La pandemia afecta nuestro ritmo de vida y nuestra salud mental ya que los acontecimientos son impredecibles por lo tanto nos sentimos vulnerables. Sentirse deprimido o con ansiedad en ésta realidad “forzada” es inevitable, por lo cual debemos hacer grandes esfuerzos de “disciplina emocional” para mantener una actitud positiva.
La anterior situación expuesta crea patrones de comportamiento deshabilitantes, es decir, sin que la persona se de cuenta, todas las obligaciones profesionales, personales y familiares empiezan a pesarle más. La persona empieza a dispersarse, a sentir temor sobre su futuro y comete errores que le llevan a dedicarle más tiempo a cada situación para enmendarlos, teniendo como resultado un círculo vicioso, acentuándose el estrés y perdiendo el autocontrol y la motivación por hacer las cosas. La depresión es un “exceso” de pasado, la ansiedad es un “exceso” de futuro. El presente es la realidad que debemos dirigir.
Dicho lo anterior, nuestro tiempo y como lo administramos es nuestro mayor recurso, es el elemento en el que somos, o nos dejamos llevar por él o nos ahogamos dentro.
Los resultados de nuevas investigaciones médicas sobre el cerebro confirman la sospecha. El tiempo que experimentamos de forma subjetiva depende mucho menos de lo que creemos del tiempo que marca el reloj, puesto que la percepción temporal funciona dentro del cerebro de forma muy distinta a como el reloj mide el tiempo. Esta es la razón por la que parece que algunas horas “se alargan” de forma interminable mientras que otras pasan muy rápido, un efecto que se presenta siempre cuando el aburrimiento de una sala de espera lo hace insoportable o cuando las horas en una fiesta se nos pasan “volando”.
Nuestra forma de educación y creencias no toman en cuenta el tiempo interior y las consecuencias fatales se hacen cada vez más evidentes, con la presencia del síntoma de moda, “el estrés”. Incluso el trabajar bajo presión se ve como una competencia de alto desempeño en muchas organizaciones. Pero el estrés no se da por una falta de tiempo sino por una pérdida de control en las emociones. Ya lo decía Rafael Alberti en su obra “El Adefesio” – “Me lastiman las horas” …
Y es que el estrés nos lleva a tener la sensación de “desamparo”, víctimas de un entorno que a veces nos juega malas pasadas. Supongamos que una persona desarrolla su trabajo sin dificultad y frente a nuevos responsabilidades empieza a tener miedo de enfrentar su futuro, por consiguiente ese miedo lo hace que su rendimiento empiece a disminuir y tenga dificultad para tomar decisiones. De pronto el tiempo del día ya no le resulta suficiente, el miedo lo está conduciendo al estrés y por tal motivo la mente cambia de forma automática su funcionamiento. Lo que en otras circunstancias consideraría intrascendente, ahora lo hace sentir presionado.
Para recuperar la paz interior existe un remedio sencillo, la concentración. Con el fin de conseguir una nueva actitud frente a la presión debemos enfrentarnos a esas emociones destructivas, analizando nuestra voz interior. Y es que el hecho de vivir o no “bajo presión” no está determinado en principio por el ritmo de vida, las actividades, el trabajo o el número de compromisos que hayamos adquirido.
Se trata, más bien, de en qué medida tenemos sentimiento de control sobre nuestra propia vida. Entonces la fórmula ideal para encauzar esa sensación de tener “poco tiempo” es concederte “permisos de tiempo” ya sea en dosis de ocio, descanso o diversión, tiempo que cada uno pueda disponer tranquilamente. Para volver a la concentración y al gusto por lo que haces “Duérmete un día entero yo ya lo hice”… le dije hace poco a una alumna que me decía que se siente “agotada”…
Estoy convencida de que solo así pueden llevarse diversas obligaciones relevantes en varios roles de la vida, con una gran actitud de Seguridad, logrando que cada cosa o situación tenga su espacio. Podemos aprender a escuchar nuestro tiempo interior en lugar de lastimarnos con la medida del tiempo, esa es una forma de dirigir tu vida.
¡Espero sus comentarios!
Profesora de Dirección de Personas
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Fuentes: Notas del Autor y Stefan Klein.
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Marina Ocon
comento el día 09 de enero a las 1:04 am (#)
Hola Silvia
Creo que me tomo algunos meses poner en practica tu consejo y entender aquella charla que tuvimos justo antes de que escribieras este blog.
Entiendo completamente que la concentración ayuda a no tener que invertir doble tiempo en ciertas actividades y sobretodo es necesario aprender a asignar un tiempo a cada actividad para dejar de correr de un lado para otro sin ni siquiera haber avanzado hacia una meta.
un abrazo!
Marina
Silvia Ahumada
comento el día 09 de enero a las 1:09 am (#)
Hola Marina:
Me da gusto que te haya servido ésta reflexión. Como alguna vez lo dije, «No hay que contaminar los ambientes», dedicar el tiempo a cada actividad y avanzar cada día el 1% para mejorar el 100%.
Un abrazo
Silvia
lucio galan basulto.
comento el día 09 de enero a las 4:29 am (#)
¡Hola Silvia! el artículo lo he leído y recibido justo a tiempo y en el momento en que estoy capacitandome para una apertura de tienda en el sector de autoservicio donde estare laborando con un grupo de asociados y colegas; realmente estamos viviendo la emoción de prepararnos para ese gran día y poder brindar el mejor servicio y todos no hacemos mas que pensar y estar enfocandonos en la cuenta regresiva del » Ya merito » brindar una gran acogida y bienvenida a los futuros clientes y que la primera impresión el el trato y atención que se lleven ese día va a definir el futuro de todos los que ahí vamos a estar como empresa.
Silvia Ahumada
comento el día 09 de enero a las 7:16 am (#)
Estimado Lucio:
Mucha suerte en tus actividades y aplica todo lo aprendido!
Saludos
Silvia
Fernando Pulido Soto
comento el día 09 de enero a las 4:46 am (#)
hola Silvia,
muy buen blog y muy buen consejo, y nunca habia percatado de eso que ahora el periodo de vida es de 80 anios y antes de 50, realmente somos mas ricos en tiempo, a mi la otra vez me llego una frase mucho que decia «DIOS INVENTO EL TIEMPO, Y EL HOMBRE INVENTO LA PRISA» que real es, parece que vivimos corriendo, desde que lei esa frase siento, la trato de recordar cuando estoy presionado por algo
gracias
Fernando
Silvia Ahumada
comento el día 09 de enero a las 8:15 am (#)
Muchas gracias Fernando, si mantienes control sobre esa «prisa» serás más productivo.
Saludos
Silvia
Fernando Pulido
comento el día 09 de enero a las 9:35 am (#)
muchas gracias =)
Claudia
comento el día 10 de enero a las 9:06 pm (#)
De acuerdo hay que vivir día a día.
Como el ejercicio que hicimos en la sesión contestando las preguntas ¿En esta pandemia a que le tienes miedo? ¿Que harías diferente si no tuvieras miedo?
Eso nos lleva a darnos cuenta de que no vale de nada preocuparnos sino ocuparnos día a día.
Gracias Coach!