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El supuesto principal de la teoría de conducta y la demanda del consumo es cuando un consumidor busca asignar su ingreso monetario entre los bienes y servicios disponibles de tal modo que su satisfacción, se eleve al máximo. En suma, un consumidor arregla sus compras para maximizar la satisfacción, sujeta a sus ingresos limitados.
El individuo racional arregla sus problemas con la tendencia de satisfacer en la mejor forma unas preferencias dadas a partir de las oportunidades disponibles. El individuo que razona antes de satisfacer sus necesidades escoge una canasta o combinación de consumo que maximiza su utilidad.
La canasta de consumidores que maximiza la satisfacción del consumidor es por lo tanto, el óptimo para el consumidor. Es útil informar que el proceso de optimización se aplica a la toma de decisiones del agente económico individual.
El óptimo del consumidor se alcanzará siempre que el consumidor maximice su satisfacción sujeto a su restricción presupuestal. El estudio de la maximización de la satisfacción del consumidor se puede realizar a través de los siguientes procedimientos:
Gráfica 1. Maximización de la satisfacción
La maximización de la utilidad exige que el consumidor logre ubicarse en la curva de indiferencia más alta posible. Esto ocurre cuando la tasa a la cual el consumidor está dispuesto a sustituir X por Y, que es igual a la tasa en la cual el consumidor puede sustituir X por Y. Esto sólo ocurre en el punto P, sobre la curva de indiferencia II. Es aquí, donde la curva de indiferencia más alta alcanzable es tangente a la línea de presupuesto.
Maximización de la satisfacción con enfoque de la utilidad marginal ponderada por el precio. En el análisis de la teoría del enfoque del consumidor hemos considerado la elección de un mercado, nos encontramos con infinidad de artículos donde seleccionar, estableciéndose la duda de ¿cómo decidiremos lo que vamos a comprar?
Lo primero que debemos saber, es que nuestro presupuesto es limitado; es decir, tenemos determinada capacidad para gastar. Con esta restricción, nuestro objetivo es maximizar nuestra satisfacción. La regla básica es igualar, en cuanto sea posible, la utilidad marginal por un $ de todos los bienes y servicios que compremos. Recordemos que la utilidad marginal (Um) de un bien A es 30, su precio $5.0, su utilidad marginal por un $ es 6.
La regla general a seguir para todos los bienes y servicios desde A a Z es:
Demuestra que la utilidad marginal por un $ gastado en cada bien debe ser igual para obtener la utilidad marginal. La situación óptima del consumidor se denomina a veces “ley de utilidades marginales iguales por unidad de gasto”.
La mayoría de los consumidores se conducen por esta ruta en sus compras que realizan todos los días, afirmando siempre que han realizado una buena compra. La maximización de la satisfacción se enfrenta a algunas complicaciones; aunque la regla de la maximización de la utilidad no se puede poner en duda desde el punto de vista de la lógica. Aun cuando podemos tratar de maximizar nuestra satisfacción esforzándonos en igualar utilidad marginal por un $ en todas nuestras compras, no siempre es posible alcanzar ese máximo teórico y mantenerlo.
1. La primera complicación, es que podemos cansarnos de algo que llevamos mucho tiempo consumiendo, ya que a todos nos gusta la variedad en nuestras vidas. Así la utilidad marginal de lo que consumimos depende un tanto de lo que consumimos ayer.
2. La segunda complicación de la maximización de la satisfacción, es que pueden aparecer en el mercado nuevos bienes o servicios que hacen menos deseables a los anteriores. Este fenómeno se presenta en los artículos que cambian con la moda o el estilo. La complicación se presenta al mirar en el mercado productos nuevos que nos llevan a comparar modas pasadas con modas presentes.
3. La tercera complicación, es que nuestros gustos o estimaciones de la utilidad pueden verse alterados por la publicidad que se hace del bien en el mercado. Otra razón importante para cambiar la diversidad de bienes que consumimos es por la constante variación en los precios. Si el precio de un bien aumenta en relación al de otras alternativas, su utilidad marginal por un $ disminuye, respecto a esos otros bienes que queremos comprar.
4. La última complicación que se considera, es la utilidad marginal de cada bien o servicio que consumimos, debido a que puede depender de otros bienes que utilizamos conjuntamente. En economía se llama “interdependencia de utilidad”. La interdependencia entre los bienes puede tomar la forma de relación complementaria o de sustitución. Dos bienes son complementarios el uno del otro si el consumo de uno revaloriza la utilidad marginal del otro, los huevos con jamón, los frijoles con chorizo, las papas con huevo, son un buen ejemplo. Existe relación de sustitución entre bienes, si el consumo de uno reduce la utilidad marginal del otro. Por ejemplo, la utilidad marginal obtenida al desayunar con jugo de naranja, disminuye si al mismo tiempo se toma algún otro jugo de fruta.
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Profesor de Dirección de Finanzas
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