IEDGE I Emociones Destructivas – El no sentir no existe


Las emociones definen cómo nos encontramos en cada momento. Hasta la falta de estado de ánimo en un día cualquiera ya es un estado de ánimo. Pensemos que la ausencia de una emoción no es la negación de la misma, es como guardar silencio en una charla,  lo cual no implica la negación de la comunicación, al contrario en ocasiones pudiera ser de lo más elocuente.

Así que el “No sentir no existe”, pasamos de una emoción a otra pero siempre expresamos algo: tedio, alegría, entusiasmo, temor, calma, pena, esperanza, euforia, etc. Los cambiantes estados de ánimo son diferentes formas de “estar” en el mundo. Cada individuo es él y sus circunstancias, de modo que nuestro estado de ánimo no dependerá tanto de nuestro interior, como la mayoría de las personas lo piensa, sino de las circunstancias en las que cada uno se encuentre. El propio estado de ánimo puede crear toda una atmósfera, para unos un día de verano, para otros un Tsunami.

Ahora bien, sentir no es solo experimentar sensaciones sino que implica toda una valoración de la situación en la que estamos, de cómo nos va. El término mismo “sentir” contiene el hecho de percatarse y presentir.  Así, el enojo, aparte de un sentimiento es también un juicio condenatorio hacia alguien o algo que nos parece indebido. Debajo de un enojo, siempre está el miedo…¿A qué le temes?

El enojo trata de restablecer una situación de poder, el miedo, en la mayoría de los casos,  nos hace huir y quedarnos bloqueados. El conflicto con éstas emociones que se manifiestan de forma intensa,  surge cuando nos quedamos enredados en ellas. Sí, el problema con las emociones es que lleguen a ocupar todo nuestro campo de atención, de manera que nos impidan otras formas de relación con el mundo. La inseguridad de no tener todo bajo control no te permite ser feliz. En este caso estos sentimientos se convierten en nuestra principal “ocupación y preocupación”.

Este enredo tanto lo podemos haber desarrollado,  como ser el resultado de una lucha infructuosa. Lo desarrollamos en la medida que cada uno sobrealimenta sus propios afectos. Esto ocurre sobre todo en el caso de las “manías”, cuando la euforia funciona como alimento de sí misma, pero también en la depresión cuando una persona no sale de la tristeza profunda incluso “pensando que es feliz”. Es decir, quedas igualmente atrapado cuando tratas de luchar por esas emociones. Basta que tratemos de no pensar y sentir ciertas experiencias -pero tus acciones hacen lo contrario- para que las atraigas más.

¿Qué debemos saber entonces para vivir las emociones intensas sin perder el foco?

A veces tenemos tanto interés por conocernos a nosotros mismos que vivimos excesivamente pendientes de los cambios de nuestro estado de ánimo. Desde mi perspectiva, el valor positivo o negativo de una emoción –ya sea placentera o desagradable– está ligado al hecho de que pueda llevar a las personas a dañarse a sí mismas o a los demás. La mayor parte del sufrimiento humano se deriva de emociones destructivas -como la ira y el odio, que alientan la violencia- y es nuestra responsabilidad como personas maduras el reducir el coste humano del descontrol emocional.

De lo que se trata es de ser conscientes de que las «emociones destructivas» son solo la manera que tiene nuestra mente de dominarnos. Son fuertes para nuestra mente porque les prestamos atención, energía y, por tanto, consistencia de realidad.

Como artista les puedo decir que los reflectores del Teatro son los que dan vida a mi coreografía. Nuestra atención es como ese “foco“ de Teatro que da protagonismo a aquello que ilumina. El secreto es que somos nosotros los que estamos detrás de ese reflector, y en cualquier caso, de nada sirve, a nivel práctico, tratar de iluminar constantemente el origen y el por qué de nuestros males. Más vale centrarnos en el para qué y ver qué función cumplen las manías y las emociones intensas en nuestra vida.

Entonces, ¿Por qué tenemos manías y provocamos ciertas emociones destructivas? Y aunque la lista de razones para cada emoción destructiva podría ser interminable, podríamos reducirla a una razón fundamental: la necesidad de control de lo externo en un intento fallido de compensar desajustes internos y situaciones en las cuales nos sentimos “fracasados”. No es lo mismo errar que fracasar. Encerrarse en un mundo “aparentemente seguro y feliz” no es el mejor camino para evolucionar.

Debemos adoptar una actitud lógica, madura, realista y equilibrada frente a las emociones,  en la convicción de que para relacionarnos con libertad y evolucionar en la vida, se hace precisa cierta flexibilidad. Recordemos que un telón de Teatro solo es útil porque puede abrirse, pero también cerrarse.

Silvia Ahumada    @silvia_ahumada

Profesora de Dirección de Personas

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Comentarios


  1. Enrique Castro
    comento el día 07 de diciembre a las 10:16 am (#)


    Querida Silvia.
    Muy profundo és el tema del manejo de las emociones destructivas.Efectivamente existen personas que están dominadas por éste tipo de emociones. Viven constántemente con miedos secundarios a sus inseguridaes,a una baja autoestima y muy frecuentemente están ligadas a co-depedencias afectivas patológicas. Si queremos ser libres de éste tipo de emociones tenemos que vivir de una manera más simple.Debemos de disfrutar de la libertad interior para que nuestro pensamiento se libere de aspectos negativos. Se dice que de todas las tiranías de la humanidad,la peor es la que persigue a la mente. Seamos coherentes con nuestros pensamientos y acciones no te parece ?
    Felicidades por tus conceptos.


  2. Marina Ocón
    comento el día 07 de diciembre a las 7:39 am (#)


    Hola Silvia

    Definitivamente el encerrarse en un mundo “aparentemente seguro y feliz” no es el mejor camino para evolucionar.

    Desde mi punto de vista lo importante no es el estar en tu zona de confort sino aprender a manejar tus emociones ante las situaciones que ocurren en tu entorno por dificiles que éstas sean.

    Más mérito tiene estar expuesto a situaciones que ponen a prueba tu templanza, antes que evadirlas.

    Saludos!
    Marina


  3. Alejandra Torres
    comento el día 07 de diciembre a las 8:19 am (#)


    Hola Silvia,

    Me encanto tu post, me parece suamente inteligente la manera que expones el tema de las emociones, y en efecto quienes decidimos profundizar en nosotros estamos al tanto de cada impulso, reflejo, sentimiento para evaluarlo, sin embargo al fnal descubres que no puedes vivir estudiandote, tienes que disfrutarte viviendo.

    Al final parte de la mas que necesaria evolución humana es la experimentación con emociones destructivas, vivirlas, comprenderlas y dominarlas, hacer de ellas utilidad no destrucción.

    saludos


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